Coronavirus: rauchense confinada en Italia

Se trata de la médica clínica Lucía Barragán, que se encuentra realizando un master en la Universidad de Trento, en la región norte del país, una de las más afectadas por la epidemia.

La médica rauchense Lucía Barragán llegó a Italia en junio de 2019, becada por dos años para realizar un master en neurociencia médica, en la Universidad de Trento, en la región norte del país. Por estos días el país europeo es el foco de mayor afectación del Coronavirus, por lo que ciudades enteras permanecen aisladas, y los ciudadanos deben llevar adelante un protocolo de aislación muy estricto.
En declaraciones a Radio Eich, la joven indicó que permanece aislada al igual que miles de otros ciudadanos, para evitar contagiarse, como también no facilitar una mayor propagación del virus, que en ese país ya tiene más de 1200 personas fallecidas.
La profesional – hija de Carlos Barragán y Silvana Elisio-, contó que se disponía a comenzar el segundo semestre de su capacitación, pero ha quedado suspendido por la epidemia, que ha azotado fuertemente el norte de Italia. «Lombardía junto a Milán son las zonas más endémica para este virus, región cercana a Trento», explicó.
Luego agregó que «basicamente la mitad de Italia está muy comprometida con esta situación. Ya no existe tanta distinción entre Lombardía y las demás regiones, es decir que el virus se ha diseminado ampliamente».
Lucía relató que el primer contagio se conoció en Milan y que «se tomó como un caso aislado, de un paciente que había viajado a China y después avanzó muy rápido, como que explotó y se comenzó con las medidas de aislamiento y todo se fue suspendiendo y cancelando, público y privado y en los últimos días ya se prohibió hasta la circulación por las calles».
«Ahora podemos definir que estamos viviendo un toque de queda», señalo. «Lo único que está abierto son los supermercados, pero con horarios restringidos, las farmacias y los hospitales. No tenemos autorización para circular, es decir que lo podemos hacer pero en forma individual, no se pueden utilizar los transportes públicos, salvo que haya una emergencia que la tenés que justificar. La actividad está totalmente paralizada», haciendo referencia a las medidas que ha tomado el gobierno italiano.

La vida diaria. En cuanto a lo personal, describió que vive en un edificio de la Universidad de Trento, con habitaciones individuales dotadas de baño. «Solo es compartida la cocina, donde hay una por piso, aunque no puede haber más de 7 personas al mismo tiempo. Todas las otras áreas comunes permanecen cerradas. Es complicado, pero hay que adaptarse. No queda otra»
La joven indicó que «tengo algo de frustración por estar atravesando esta situación encerrada, ya que me vine a realizar una especialización y no me habilita a ejercer la medicina en Italia y no puedo colaborar desde la parte hospitalaria y eso me da frustración, de no poder ayudar en un momento así».
Lucía analizó que el principal problema que ha atravesado Italia es el colapso del sistema sanitario, que no ha podido hacer frente a la demanda de tantos infectados y que eso en si ha generado mayor mortalidad, al no poder atender en forma adecuada todos los casos. «Se colapsó la capacidad de respuesta técnica del sistema, es decir que si no está la disponibilidad de infraestructura, los pacientes aumentan el riesgo de muerte», aseguró.
También opinó que «al ser un virus nuevo, uno va aprendiendo sobre la marcha, por lo tanto pueden existir acierto pero también errores y es distinto a cuando el virus ya se conocen, y por lo tanto se pueden predecir acciones que resulten efectivas y las consecuencias no sean tan nefasta. En este nuevo caso vamos aprendiendo día a día y eso pasó en China, donde tardaron varios días en aislar a la ciudad donde emergió el virus, que traspasó las fronteras, sin información previa, por lo tanto los países donde va a llegar más tarde – como Argentina-, puedan tomar medidas de anticipación, como la responsabilidad individual de las personas, acatando las medidas preventivas».
La estudiante de posgrado indicó que, ante la suspensión de clases y el cierre de la Universidad de Trento, se debió organizar el dictado de materias vía online, por lo que sigue las clases desde su departamento, como otros miles de estudiantes. «A raíz de este problema cambiaron los hábitos de cursadas y hubo una rápida respuesta de la Universidad para seguir con las clases a distancia, usando el servicio de internet, que nos facilita tomar las clases en los lugares donde estamos viviendo y nos permite no atrasarnos con el master».
Dijo que «no hay que desesperarse. Ni entrar en pánico. No es una situación que no tenga solución».

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