Gutiérrez habló de la «violencia política» y «discriminación»

Débora Gitiérrez, en el centro de la polémica política de la semana.

Débora Gutiérrez, en declaraciones radiales, mantuvo su postura, con críticas al espacio político del cual era parte hasta el lunes pasado, cuando decidió dar el portazo y armar un bloque unipersonal, al cual denominó «Rauch por la inclusión».

La concejal que ahora conformó el bloque unipersonal «Rauch por la inclusión», habló este viernes por Radio Eich, para contar los motivos que la llevaron a dejar el bloque de «Juntos por el cambio», denunciando destrato político por parte de sus pares
Gutiérrez señaló que la situación «que viví y sigo viviendo es de violencia», y se quejó de quienes han invisibilizado una situación compleja. «Acá el problema es el sistema», subrayó. Sostuvo que «soy una persona de bajo perfil, pero esto me ha desbordado y quiero que sirva para que no le pase a otras mujeres» y definió lo que le ha tocado vivir en carne propia como «violencia política», con la «obstaculización de la tarea». Agregó que «llegaron a ensuciar mi nombre, a descalificar personas, burlándose y riéndose de los proyectos».
En su relato, la edil dijo que hubo «manipulación» política y describió autoritarismo al confiar que «no me dejaron a pesar de tener la clave de la página del Concejo Deliberante subir el proyecto» y que «cuando lo hice me labraron un acta administrativa».
Por otro lado, aseguró que el proyecto de su autoría que fue «cajoneado» por sus pares, y que luego lo utilizaron en el área de discapacidad, sin siquiera consultarla. Aseguró que «no tenía problemas en que se utilizara, pero nadie me consultó, ni me notificó. Eso es violencia política porque lo hicieron con la intención de anular el trabajo y reconocimiento del otro».
Si bien consideró que hubo instancias de diálogo «nunca pudimos recomponer la situación interna».
«Hablé con el intendente y autoridades partidarias. Hubo debates largos, pero no pasó nada. Al contrario, todo empeoró dentro del bloque». En su descargo, los dirigentes del partido Radical no quedaron exentos de los reclamos: «ahí también sufrí discriminación. No me incluían, me excluyeron del grupo de mujeres radicales».
Aseguró que «el tema se tornó insostenible en los últimos tiempos» y que nada ha cambiado. «Sigo siendo violentada», ya que todavía «no tengo espacio en el Concejo. No tengo oficina ni espacio físico, cuando lo pedí por nota el pasado lunes. Esto es maltrato y discriminación».

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