En todo el país se conmemora, cada 31 de octubre, el día que en 1517 el monje agustino Martín Lutero clavó sus 95 Tesis en la puerta de la iglesia de Wittemberg.
Se le da a este acto un carácter fundacional de la reforma evangélica, conocida como Reforma Protestante. Allí Lutero hizo visible de manera dramática la necesidad de reformas que tenía la iglesia de aquel entonces. Si bien su intención original no fue «romper» con la iglesia establecida, lo cierto es que se generó un proceso de confrontación que derivó en su excomunión.
Al recordar esta fecha, honramos la memoria de los Reformadores: los que precedieron a Lutero, los que compartieron su tiempo y todos aquellos que hasta nuestros días luchan por mantener una fe genuina fiel al evangelio de Jesucristo. La fortaleza de una iglesia depende de las verdades que la sustentan, y de ahí que toda iglesia necesite no solo abrazar estos principios, sino también proclamarlos de una manera que garantice que estos sean pasados a la próxima generación.
Como integrantes de esta amada nación, reconocemos también a los próceres que tuvieron la visión y la grandeza de forjar nuestra Patria, recordando que, entre las ideas claves de aquella hora inaugural, los escritos y discursos de nuestros próceres destacaban las ideas de libertad e igualdad. Agradecemos asimismo por aquellos que fueron nuestros predecesores en la fe, anunciando y llevando el mensaje del Evangelio a lo largo y a lo ancho de nuestro país predicando el mensaje de Jesucristo, fortaleciendo la familia como núcleo de la sociedad y sirviendo a sus semejantes, especialmente a los que sufren.
Como a todos, nos duele la situación de nuestro país, del que somos parte y en el que vivimos, pero mantenemos intacta la esperanza que hay una Argentina mejor posible. Aspiramos volver a ser la nación que supo tener prestigio en el mundo y que durante períodos fue sinónimo de progreso y bienestar. Una nación con equilibrio social, dignidad y respeto a los valores.
Necesitamos, como nunca, estar unidos para superar las adversidades que nos tocan atravesar. El cambio debe involucrar, no sólo a los gobiernos, sino a todos actores de la sociedad entre los cuales nos incluimos y en particular a sus líderes. Es tiempo de actuar con grandeza, sin odios, sin oportunismos, revisar posturas y ser actores insustituibles en cerrar las divisiones que existen, porque esto destruye el pluralismo, que es el valor que en democracia convalida los distintos matices que existen en una sociedad y que enriquecen al conjunto.
Hoy, seguimos sosteniendo los fundamentos de La Reforma, como nuestra identidad y teología. Gracias a Dios, ya son 19 las provincias argentinas que reconocieron y celebran esta fecha como Día de las Iglesias Evangélicas y protestantes, también celebramos que muchísimos municipios del país, como el nuestro, han reconocido esta fecha en su legislación local.
Iglesias Integrantes de la «Comunidad de Iglesias evangélicas de Rauch»
