A 202 años de su muerte, la figura del prócer salteño sigue siendo motivo de admiración y respeto. Su heroísmo y valentía lo convirtieron en un símbolo de la lucha por la libertad y la independencia.
Este lunes es feriado en Argentina por el Paso a la Inmortalidad del General Martín Miguel de Güemes. Esta fecha conmemora la muerte del prócer salteño, quien falleció el 17 de junio de 1821, a la edad de 37 años.
Güemes nació en 1785 en Salta, en una familia acomodada. Fue una figura clave en la guerra de la independencia, protegiendo las fronteras del noroeste del país contra las invasiones realistas.
En su provincia natal llevó adelante una estrategia única, una guerra de guerrillas, que aseguró la retirada del ejército realista del territorio argentino.
Su vida, marcada por la traición y la lucha constante contra las fuerzas realistas, culminó trágicamente el 7 de junio de 1821. Sin embargo, su legado perdura y su memoria sigue siendo relevante en la construcción de la identidad nacional argentina.
En 1999, el Congreso de la Nación Argentina emitió la Ley 25.172, la cual declaraba esta fecha como el Día Nacional de la Libertad Latinoamericana, en honor a Güemes, el único general argentino que falleció en combate. El 22 de agosto de 2006 se sancionó la Ley 26.125, en la cual se lo nombra como Héroe de la Nación Argentina, Numen Tutelar de Gendarmería Nacional.
Quién fue Martín Miguel de Güemes
Güemes fue un destacado militar y político argentino, conocido por su papel crucial en la Guerra de la Independencia y en las guerras civiles argentinas. Nacido en 1785 en Salta, lideró la resistencia contra las fuerzas realistas en el norte del país.
Gobernó Salta durante seis años. Fue elegido por asamblea popular, mostrando el apoyo significativo de la población. Su valentía destacada en la Guerra de la Independencia y en las guerras civiles argentinas le aseguró un lugar prominente en la historia.
Como colaborador esencial del General San Martín en el proyecto emancipador, Güemes se destacó por sus estrategias militares innovadoras.
Los primeros años de Güemes
Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte nació el 8 de febrero de 1785 en Salta, en el seno de una familia aristócrata. Desde temprana edad dedicó su educación a la instrucción militar, hasta enrolarse a sus 14 años al Regimiento Fijo de Infantería. En 1806 formó parte de la Reconquista de Buenos Aires, uno de los hechos más importantes de su carrera. De acuerdo a las órdenes de Santiago de Liniers, logró liderar la toma del barco inglés Justine, que había quedado encallado a orillas del Río de la Plata.
En 1810 fue enviado por la Primera Junta al Alto Perú, donde formó parte del Ejército del Norte y coordinó el escuadrón gaucho, una de sus tareas más recordadas. El 7 de noviembre de ese mismo año consiguió junto a sus tropas triunfar en la Batalla de Suipacha. Esto lo convirtió en uno de los referentes de la lucha gaucha por el territorio nacional.
La importancia del héroe nacional
Las hazañas de Güemes significaron un gran aporte para la independencia del país. Pudo frenar el avance del ejército español en diferentes puntos del territorio norte y trabajó sin cesar para educar, asistir y formar a todas las personas que deseaban contribuir con esta causa. Una de sus frases más recordadas era: “Yo no pretendo ni glorias ni homenajes, yo solo trabajo por la libertad de mi Patria”.
En 1815 fue electo como el primer gobernador de la provincia de Salta, cargo que ocupó hasta 1821. Logró relacionarse con diferentes figuras de la época, como fue el caso de Manuel Belgrano, a quien le escribió en una carta: “En premio de tanto heroísmo exige la gratitud que emulamos de unos sentimientos patrióticos, contribuyan con sus auxilios a remediar su aflicción y su miseria”.
El histórico cuadro de Güemes que ilustra el momento de su muerte.
La muerte de Güemes
El 7 de junio de 1821, mientras se encontraba en la casa de su hermana, Magdalena Güemes de Tejada, tomó conocimiento de una amenaza a la provincia de Salta. Se trataba de José María Valdés, un coronel salteño que respondía a las órdenes de los españoles, quien había invadido el territorio. Sin dudarlo, Güemes emprendió viaje para responder en combate.
Sin embargo, fue sorprendido por una emboscada y recibió un balazo por la espalda. Su agonía duró 10 días, hasta fallecer el 17 de junio de 1821, luego de exclamar: “Voy a dejarlos, pero me voy tranquilo, porque sé que tras de mí quedan ustedes, que sabrán defender la patria con el valor del que han dado pruebas”.
Con información de Clarín / La Nación