El Hospital Geriátrico de Rauch se transformó en estos días en el centro de atención de todas las noticias que hoy circulan, por fuera de lo que es la pandemia del Coronavirus y la cuarentena que tiene paralizado al país hace 50 días. El lunes se conoció la información del recambio de autoridades dispuesto por el Ministerio de Salud, que supuso la salida de las actuales autoridades, y su reemplazo por dos jóvenes, personal del propio Geriátrico, pero con clara vinculación política e ideológica con “La Campora”, uno de los sectores más fuertes del Justicialismo, y que hoy parece regir los destinos de todas las decisiones trascendentales del Gobierno nacional y provincial.
La noticia dio un giro inesperado el mediodía de este jueves, cuando trascendió la renuncia de Verónica Elizalde (primero) y Juan Alberto Davancens (después). La información no tendría demasiada relevancia sabido el cambio anunciado, sino fuera porque las nuevas funcionarias, Antonella Volpe (Directora Ejecutiva) y Silvina Bassagaisteguy (Directora Asociada), no han asumido aún en sus cargos. De esta manera el Hospital Geriátrico de Rauch, en la práctica, hoy no posee autoridades. El problema no sería de mayor gravedad desde el manejo cotidiano de la institución, pero si desde lo administrativo. Con la renuncia efectiva de Davancens, la institución no tiene, entre otros problemas, firma oficial para cualquier tipo de trámite.
Trascendió en estas horas la fuerte presión que hubo desde Provincia para que Davancens y Elizalde renunciaran lo antes posible y dejaran las vacantes libres para las designaciones de Volpe y Bassagaisteguy. El punto es que es improbable que la firma del decreto de nombramientos salga en cuestión de horas, dado que es un trámite que requiere de pasos burocráticos ineludibles. En ese sentido, resulta incomprensible el apuro por la salida de los dos funcionarios, que presentaron la renuncia hoy.
La semana próxima el Hospital Geriátrico debe realizar la liquidación de pagos extras para todos sus empleados, remuneraciones que demandan la firma de las autoridades vigentes.
Ayer transcendió también, que en las próximas horas podría llegar a Rauch el Viceministro de Salud de la Provincia, para poner en sus cargos a las dos nuevas funcionarias. Se trata del Dr. Dr. Nicolás Kreplak, Subsecretario de Salud y Cuidados Integrales.
La designación de Antonela Volpe generó innumerables críticas por tratarse de una profesional no vinculada a la Salud (es diseñadora gráfica). Esos cuestionamientos llegaron también del sector médico, ya que su nombramiento no se ajusta a la ley Nº 10471 que establece el régimen para la Carrera Profesional Hospitalaria. Claramente en el Título III, en su capítulo I donde se refiere al régimen escalafonario, el artículo 8 dice que “las funciones de Director Asociado y de Director, serán desempeñadas por profesionales universitarios de la Salud, que serán designados sin concurso…”.
Más allá de la desprolijidad del cambio (sin siquiera aun un comunicado oficial, ni de quienes entran, ni de los que salen), de la incógnita que supone si Volpe podrá sortear estos obstáculos burocráticos y legales, está claro que había mucho apuro en que el cambio se haga ya. Y tal vez, como dijo el novelista histórico japonés Eiji Yoshikawa, “cualquier ser humano puede no estar a la altura de sus capacidades habituales, cuando actúa movido por la prisa.”