«Están dos peces nadando uno junto al otro cuando se topan con un pez más viejo nadando en sentido contrario, quien los saluda y dice, ‘buen día muchachos, ¿cómo está el agua?’ Los dos peces siguen nadando hasta que después de un tiempo uno voltea hacia el otro y pregunta ‘¿Qué demonios es el agua?'»
El breve relato, que pertenece al fallecido escritor estadounidense David Foster Wallace, sirve para ilustrar qué pasa cuando un sujeto no se cuestiona el orden imperante. No queremos que eso nos pase y, quienes formamos parte de la Asamblea Feminista de Rauch, tratamos de transitar un camino de interpelación, cuestionamientos y deconstrucción.
En esa línea, la Asamblea Feminista de Rauch quiere hacer pública la invisibilización mediática que tuvo la carroza con la que dicho espacio participó del desfile central de la última edición de la Fiesta Nacional del Ave de Raza.
Es ostensible el recorte y el velo tendido sobre una forma de participación que no hace más que reivindicar derechos e interpelar a la ciudadanía.
Es harto conocido que los medios de comunicación configuran un modo de percibir y mostrar la realidad, eligiendo qué decir y cómo hacerlo. No es inocente que no se hayan registrado imágenes o menciones en diferentes ámbitos de difusión sobre «la ola verde» que recorrió, al igual que muchas instituciones de la ciudad, las calles céntricas, en un acto de simple participación festiva dentro de un evento que abre el espectro para que los diversos actores ciudadanos se expresen.
Quizás moleste que se reclame públicamente por el derecho al aborto, legal, seguro y gratuito, que las mujeres nos constituyamos libres, seguras y valientes, dispuestas a desafiar el orden establecido y a cuestionar la vida que nos propone el patriarcado. Sí, era el lugar.
Sí, era el momento.
Sí, para las luchas colectivas que bregan por derechos para quienes históricamente han sido oprimidos, es siempre el momento y el lugar.
La disputa por el espacio público es también un modo de luchar.
Disputaremos todos los espacios que estén a nuestro alcance para hacer ver y oír que en Rauch hay un grupo de mujeres que están repensando el rol del género en la sociedad. Somos sujetas políticas activas y tenemos un lugar que nos convoca y atraviesa a toda la comunidad.
Nuestra intención no fue escandalizar, fue mostrar una lucha y un modo de pararse frente al mundo. Bienvenida la interpelación. Bienvenidos los cuestionamientos que apuntan a derribar prejuicios. Bienvenidas todas las armas que ayuden a romper las barreras y sacudir la modorra de nuestros corazones. Bienvenido el reconocimiento de un otro diferente.
Porque el feminismo existe, justamente, para que no haya nadie más que se pregunte -como el pez del texto inicial- ¿qué es el agua?, sino que pueda decir «esto es agua» y preguntarse qué hacer con ella.
Asamblea Feminista de Rauch