Hondo pesar ha causado en la comunidad rauchense el fallecimiento de Celia Suárez de Romano, acaecido en Tandil el lunes 8 de julio, a los 79 años de edad.
«Chelita» o «Chela», como se la conocía afectuosamente, fue una de las principales referentes de la cultura y la educación en nuestra ciudad y su prestigio trascendió ampliamente las fronteras lugareñas.
Su amor por el folklore la llevó a fundar la agrupación «La Fortinera», de donde surgieron figuras de renombre como Fabián Irusquibelar y hasta el de su propia hija, Rosana Romano, que prestigiaron a Rauch en el Ballet Nacional y en distintos escenarios del país.
De «La Fortinera» nacieron también la mayoría de las agrupaciones folklóricas rauchenses, transformándose así en la institución «madre» de la danza y el folklore local.
Fue una destacada docente y directora en el Colegio Inmaculada Concepción y por sobre todo, una ciudadana ejemplar, comprometida con la caridad y la solidaridad.
En el tramo final de su desempeño al frente de «La Fortinera», vio cumplido el sueño de la sede propia para la entidad a la que le dedicó gran parte de su vida. «Ahora sí me puedo retirar tranquila», había mencionado al respecto.
El destino quiso que el deceso de «Chelita» se produjera en la víspera de un nuevo aniversario de la Independencia Nacional. Tal vez haya sido por su lucha incansable para rescatar del olvido las mejores tradiciones argentinas. Tal vez haya sido por su defensa irrestricta de las raíces y los valores de nuestra nacionalidad.
Los restos mortales de Celia Suárez de Romano fueron inhumados en el cementerio local el martes 9 de julio, en medio de profundas muestras de dolor.
Su desaparición es solo física. «Chela» continuará viva en el recuerdo y en corazón de su pueblo, imperecederamente. «Porque tú eres en mi vida la esperanza, me has brindado todo un cielo de bondad. Porque tanto, tanto que te quiero, que mi amor por ti no morirá jamás…».
