El postre: ¿Cómo y dónde surgió este hábito esencial para nosotros?

Según un estudio, en Argentina consumimos siete kilos per cápita por año de alimentos dulces. Resulta innegable que no podemos resistirnos al azúcar y mucho menos después de comer. No importa si es una cucharada de dulce de leche o un elaborado flan: nadie puede dejarnos sin postre.
Esta costumbre de disfrutar algo dulce después de comer nos acompaña desde siempre. En los asados familiares, la división del trabajo incluye el asado, las ensaladas y por supuesto… los postres.
Sin embargo ¿alguna vez te preguntaste de dónde proviene este hábito tan arraigado en nuestras costumbres? En este artículo, te lo respondemos.

El origen del postre

La costumbre de comer algo dulce después de comer tiene sus raíces en la Antigua Roma. En esa época, se realizaban festines con diversos platos y era costumbre comer algo dulce cuando se cambiaba de una comida a otra. Los romanos denominaron esta costumbre como “secundae mesae”.
Los postres de los romanos o su “secundae mesae” —como lo denominaban ellos— eran principalmente frutas y panes con miel. La costumbre de la fruta se mantiene actualmente, aunque también tenemos otras opciones como helado o chocolates y alfajores, que podemos conseguir pidiendo un envío de golosinas en kioscos.

Los primeros postres

En origen, los postres eran principalmente frutas de temporada. Luego, apareció el panettone, que se preparaba con fermento, miel y frutos secos,
Más tarde, se incorporaron la miel y el azúcar. Gracias a ello comenzaron a aparecer recetas como garrapiñadas y mazapanes. Con la llegada del cacao a Europa, la historia de los postres pasó a otro nivel.
A su vez, muchos postres surgieron de la necesidad de conservar los alimentos. Por ejemplo, se descubrió calentando la leche con azúcar —leche condensada— tenía un sabor agradable y duraba más tiempo. Lo mismo sucedió con las mermeladas de frutas.
El rey glotón
Luis XIV no solo cambió la historia de Francia sino que además transformó la gastronomía para siempre. Durante la cena, este rey disfrutaba de un menú de 20 platos sin privarse de nada. Solo para él trabajaban más de 300 cocineros.
Obviamente, la comida dulce no podía faltar. Durante esos años se crearon muchas recetas tanto saladas como dulces. Entre los avances en los postres de esa época se encuentra el aporte —no menor— de la incorporación del chocolate en la repostería.

El postre en Argentina

Nuestro país surge como nación en 1810. En esa época, la revolucionaria Juana Manuela Gorriti escribió un libro “Cocina Ecléctica” en donde relata la historia de las recetas de nuestro país.
Entre los postres que recopila Juana Manuela, se destacan las preparaciones a base de leche:

  • Ambrosía: heredado de España, este constituía uno de los postres clásicos en el país. Está compuesto por leche, 12 yemas, 6 claras, azúcar y ralladura de limón. La ambrosía era el postre favorito de Domingo Faustino Sarmiento.
  • Leche asada: el antepasado de nuestro infaltable flan.
  • Arroz con leche: otra de las recetas preferidas de aquellos tiempos, que aún mantenemos en nuestras costumbres.

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