Rauch no escapa a ese universo de damnificados. En lo que va de marzo, al menos se recepcionaron 8 denuncias de parte de víctimas de este tipo de maniobras. En algunos casos fue un intento fallido y en otros se produjo el engaño.
Los hechos delictivos, en la modalidad virtual, son cada vez más moneda corriente, entre la población, a pesar de las campañas de prevención y alerta que aparecen con frecuencia. Sin embargo, parece que no tomamos notas de las recomendaciones y son cada vez más las víctimas de estafas.
Hay de diversas modalidades. Los ciberdelincuentes atacan a los clientes de entidades bancarias y se perfeccionan cada vez más rápido. Crean perfiles falsos en redes sociales para brindar asistencia y luego estafar personas; envían correos electrónicos falsos de carácter urgente; llaman a personas a sus hogares pidiéndoles información de sus tarjetas de crédito y sobre su home banking; y usan la aplicación de mensajería WhatsApp también para lograr su cometido.
Pero todas las estafas anteriormente mencionadas tienen un hilo conductor: todos los delincuentes se basan en el engaño y en la buena fe de sus víctimas, para obtener datos sensibles de las personas y terminar accediendo a sus cuentas personales.
Rauch no escapa a ese universo de damnificados. En lo que va de marzo, al menos se recepcionaron 8 denuncias de parte de víctimas de este tipo de maniobras.
Sin dudas el caso más resonante fue el de un vecino de esta ciudad que en medio de una supuesta transacción comercial ofreció datos sensibles y fue estafado en alrededor de 2 millones de pesos. El hecho se registró el día lunes y está en la Justicia, que investiga el delito denunciado.
Según especialistas en el tema, los atacantes generan confianza y una ida y vuelta con la víctima llevando a realizar alguna acción que vulnere la seguridad de su sistema.
En la dinámica de la supuesta operación, los especialistas en estafas terminan solicitando información sensible que una vez ofrecida, les permite acceder y vaciar la cuenta bancaria.
Fue el caso registrado en Rauch. El damnificado -cliente de la sucursal local del Banco de la Provincia de Buenos Aires- se acercó al propio cajero -al parecer para avanzar en una transacción comercial- y luego de recibir de forma telefónica algunos pasos a seguir -de parte del falso comprador- terminó cayendo en mano de estafadores que le arrebataron 2 millones de pesos.
Este no fue el único hecho en la ciudad. Hubo más, aunque de montos más pequeños. Inclusive un vecino que estaba a punto de adquirir un vehículo, evitó caer en la trampa luego de olvidar datos que le imposibilitaron felizmente avanzar con la transacción.
(con información de La Nueva Verdad de Rauch).
