Con profundo dolor, Rauch despide al Pastor Jorge Fernández

Murió este viernes, a los 81 años de edad. Estaba internado desde hacía varios días en el Hospital Municipal, tras haber contraído COVID. Líder de la Iglesia Cristo es la Respuesta, personalidad destacada de una comunidad que lo llora.

 

Para las estadísticas de la pandemia que azota al mundo desde más de un año, será un número más. Para Rauch la víctima número 35… para toda una comunidad, una noticia terriblemente triste: falleció hoy Jorge Fernández, el Pastor, a los 82 años.

La noticia se conoció a primera hora de la tarde, y rápidamente fue llegando a cada rincón de la ciudad. Jorge Fernández se encontraba internado en la sala de terapia intensiva del Hospital Municipal, desde varios días con asistencia mecánica respiratoria. Había contraído COVID y su situación había empeorado en las últimas horas, con el desenlace fatal conocido hoy. Semanas atrás ya había tenido que ser hospitalizado por presentar síntomas compatibles con la enfermedad, aunque consiguió recuperarse y llegó a ser dado de alta. Sin embargo, en poco tiempo debió volver al efector de salud, donde se le confirmó el diagnóstico con el desenlace fatal ocurrido hace unas horas.

Inmediatamente de conocerse la noticia las redes sociales se inundaron de mensajes de condolencias y afecto, hacia una persona que durante décadas caló hondo en el sentimiento de los rauchenses.

Líder espiritual de la Iglesia Cristo es la Respuesta, del Movimiento Cristiano Misionero, Jorge Fernández comenzó con su obra a poco de arribar a Rauch, hace casi cuarenta años. Llegó desde su Tandil natal, “con una mano atrás y otra adelante”, como solía repetir cada vez que rememoraba su historia. Casado desde mucho antes con Blanca Pesado, (un matrimonio de 56 años, con el que tuvieron cinco hijos) Jorge arribó a nuestra localidad en 1982 y rápidamente puso manos a la obra con la Iglesia. Consiguió un amplio terreno en la calle Aristóbulo Del Valle, donde comenzó a edificar un sueño, su casa y su propia Iglesia. Fueron años de sacrificio sin igual, por la triple tarea de la construcción (albañil de profesión, había trabajado de metalúrgico entre otras actividades en Tandil), la crianza de los chicos junto a “Blanquita”, y la vocación eclesiástica.

Su don de gente, amabilidad, perseverancia y abdicación sin igual, le permitieron de a poco ir ingresando en los distintos estamentos de la sociedad toda. Jorge Fernández atravesó todos los Gobiernos de turno, se integró a cada credo… siempre supo tender puentes, nunca una grieta. Esa obra permanente le permitió poco a poco ser incorporado de manera casi natural en cada acto público, al punto que ya nunca más veríamos una inauguración, una bendición, un acto de Gobierno, sin la bendición del cura párroco, junto al Pastor Jorge Fernández.

Uno más de nosotros. Afianzado ya con su prédica en Rauch, desde los inicios de semanario La Palabra, Jorge se acercó para intentar instalar su mensaje. Tras unos primeros años de relación con cierta difidencia, el mensaje del Pastor pasó a ser un clásico de la contratapa del Semanario. Sus escritos pasaron a ser un espacio esperado a por muchos, al punto que llegó a escribir a pedido. Su vocación por llegar lejos con el mensaje de Dios y sus creencias, lo hicieron pensar en siempre expandirse. Fue así que después llegaría el espacio de “Reflexiones de Vida” en la TV local, y hasta un programa de radio propio en Emisora Eich, “Hoy es el día”. Los puentes que tendió lo hicieron llegar a otros medios, escribiendo también para los semanarios Alem y La Nueva Verdad de Rauch. Como así palabras en otras radios locales.

Así fue como Jorge Fernández un día dejó de ser ese nombre y apellido común y se transformó simplemente en El Pastor. Siempre de buen humor, con la palabra justa para atemperar, con una idea obsesionada de acercar posiciones, el Pastor visitaba enfermos, abuelos en los Geriátricos, personas solas, matrimonios angustiados… donde había una necesidad, ahí acudía “Pastormán”.

Su obra no conocía límites, al punto que en plena crisis de los años 2001/2002, dio otro paso gigantesco, y durante mucho tiempo puso un comedor en su casa para personas con dificultades económicas. La Iglesia “Cristo es la Respuesta” era su casa y la de todos. Allí se cobijaba gente con problemas de violencia, alcohol o abandono… para el Pastor todo era igual, todo significaba mucho.

Su deceso hoy enluta a toda una población que llora a un hombre bueno, servicial, inmensamente generoso… Rauch despide a un pedazo de su historia reciente grande. 

Buceando archivos de La Palabra, nos encontramos con un escrito de Jorge Fernández del año 2005, titulado “La Vida que parte”. Allí en un mensaje de condolencias hacia quienes les tocaba despedir un ser querido, el Pastor supo citar a Mateo 5:7: “Enjuguemos lágrimas y recordemos con cariño a quienes se fueron. Primero, honrándolos practicando e imitando lo bueno que hayan dejado, sin juzgar lo que no pudieron o no supieron hacer. Eso es misericordia”.

Hasta siempre Pastor!.

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