Se trató del arquitecto Roberto Elías, quien recorrió el frontón internacional, como también el trinquete «Walter Larregle», quedando impresionado de esta obra inaugurada en 1978. En ambos casos realizó observaciones con motivo de concretar mejoras de infraestructura en el corto plazo.
El Club Boca Juniors de Rauch tuvo el sábado una visita de jerarquía, el arquitecto Roberto Elías, vocal de la Junta Directiva de la Federación Internacional de Pelota Vasca y encargado de supervisar instalaciones y temas de infraestructuras de los distintos escenarios de nuestro deporte en el país. Junto a su esposa, que tiene la misma profesión, recorrieron las instalaciones del predio social y deportivo.
La convocatoria del profesional en Rauch fue realizada por la Subcomisión de Pelota del Club, con el objetivo de ver la obra que fue finalizada e inaugurada recientemente, en lo que significa la primera etapa del Frontón Internacional, para que, desde la visión autorizada de Elías, se pueda continuar con la segunda etapa de la obra.
Elías y el resto de la comitiva local se trasladó al Club, donde el representante de la Federación Internacional de Pelota Vasca pudo observar la magnitud del trabajo, y las posibles obras a realizar para avanzar en su concreción.
El dirigente tuvo la oportunidad de probar la consistencia del frontón (estuvo peloteando con una pelota dura practicando XARE, su modalidad), comprobando la fortaleza del mismo. Asimismo, observó con detenimiento las medidas del frontón, como así también las probabilidades de ampliación de la contracancha, y el material necesario para el mismo.
También se abordó el tema de la iluminación, techo, pintura del piso y material para completar el bote para llevarlo a los metros reglamentarios. Estos fueron otros de los ítems observados por el profesional, quien recibió con beneplácito la obra pre inaugurada el pasado mes de diciembre en Rauch.
Roberto Elías se hizo unos minutos para conocer el emblemático trinquete «Walter Larregle», quedando impresionado de esta obra inaugurada en 1978. También aquí hubo sugerencias y consejos muy valiosos por parte del profesional, como la posibilidad de poder pintar la cancha de un color oscuro (verde o azul), que permita la televisación de los partidos en un futuro
